Dejar el chupete y no morir en el intento

La teoría seguro que como yo os la sabéis. El uso del chupete no es malo, siempre que seas capaz de retirarlo antes de los tres años.

Tiene unos pros muy interesantes a mi juicio:

- La succión tranquiliza al bebé cuando llora.
- Ayuda a conciliar el sueño.
- Es un buen mecanismo para ir espaciando las tomas.
- Reduce el riesgo de la muerte súbita del lactante. No lo digo yo. Lo dicen asociaciones de pediatría. "El uso del chupete parece que ayuda a desarrollar los mecanismos cerebrales que controlan el desarrollo de las vías respiratorias superiores, lo que podría significar la reducción del riesgo de que aparezca el síndrome de muerte súbita en un 90%".

Pero como todo también tiene contras:

- Dificulta la instauración de la lactancia materna exclusiva.
- Puede deformar el paladar.
- Es posible que genere maloclusiones dentales. Son niños carne de cañón para dentistas.
- Alteraciones del habla derivadas de los dos contras anteriores.
- Dependencia absoluta. Como es el caso de mi hija mayor. Vamos, una yonki del chupetito.
- Las estadísticas dicen que los niños chupeteros son más propensos a las otitis.

Lutis ha usado chupete hasta los 3 años y 1 mes. Llevamos exactamente dos semanas sin usarlo por la noche, que era lo que nos quedaba. Y nos ha costado bastante. De hecho lo hemos hecho de forma progresiva, pues sus circunstacias hacían que no pudiera ser radical la decisión.

En septiembre nació su hermana y empezó el cole. Dos hitos en su vida que hicieron que pasara de usar el chupete solo para dormir a usarlo todo el día.

Llegó Navidad, un momento ideal para entregar los chupes a sus majestades de oriente. Pero no os cuento los meses qué llevabámos en esta familia como para meterme en ese fregado. Tufi cogió su primera bronquiolitis el 4 de diciembre y pasamos 14 días en una suite de hospital, pasando por la UCI. Tuvo recaída de las gordas en Noche Vieja. En fin, torturarme con que mi mayor dejara el chupete era desde luego innecesario.

Desde entonces hemos seguido nuestro instinto y aprovechado las oportunidades. Hubo una mañana que decidió no llevar el chupete al colegio y, desde ese día, no lo volvió a llevar y consiguió dormir la siesta felizmente.

Y no ha sido hasta este mes que la dermatitis de Carla ha  entrado en juego. Tiene un eccema bastante potente alrededor de la boca que hacía el uso del chupete insoportable. Una noche decidió no usarlo y lo vi claro: no habría marcha atrás.

Después de dos días durmiendo mal, decidí premiar su decisión de dejar el chupete y meter un poco de imaginación al asunto. Dejamos los chupetes en la puerta de casa, para que las hadas de los chupetes los recogieran y a cambio le dejaran un regalito.

Se acostó super contenta y a la mañana siguiente recogió encantada su regalo. :) ¡Objetivo cumplido!

Mi consejo principal es que tengáis paciencia y esperéis a que el niño esté verdaderamente preparado, que sea más su decisión que una imposición. Y sobretodo cuando tomemos la decisión no puede haber vuelta atrás.

¿Cuáles son vuestros trucos para dejar el chupete?


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